Author Avatar

Yordan Arango

Comenta el autor del libro, Alberto Manguel, que en la Atenas clásica, en alguno de sus períodos de tiranía, cierto gobernante instituyó lo que debía ser la única “maratón” de lectura en voz alta de la ciudad. Se celebraba durante las Panateneas, las festividades que celebraban a la diosa Atenea, patrona de la ciudad, y en ellas se debían recitar en su totalidad tanto La Ilíada como La Odisea. “Homero era el único poeta al que se concedía este honor y sus biografías respondían al deseo popular de saber más acerca del famoso autor”, comenta Alberto.

Photo taken by the author
Libro El legado de Homero, Alberto Manguel. Foto por el autor
Desde hace algún tiempo he cultivado cierta fascinación por todo aquello que produjo el mundo clásico, incluida su historia; y Homero, como definición y casi punto de partida de dicha época, ocupa un lugar especial en ella. Sí, muchas de nuestras tradiciones, entre ellas la democracia, nuestra lengua, e incluso nuestros conflictos, son un legado del mundo clásico. Pero el aspecto de ese mundo, concerniente al arte y la literatura, me producen una curiosidad que hasta ahora raya con lo freaky.

Últimamente pienso en la metáfora como un indicador de agudeza e inteligencia. La entiendo como una noción que generalmente vincula dos ideas con el fin de explicar, resaltar y develar el sentido de la primera, pero cuya relación no es fácil de encontrar y mucho menos de señalar a otros. El punto con Homero es, y he ahí lo cautivador, cuántas veces no han servido La Ilíada y La Odisea como esas luminarias que develan las aristas y perspectivas de muchos de los dilemas al que nos vemos avocados como humanidad? En algún pasaje del libro, cuenta Manguel la anécdota de un proyecto del Ministerio de Cultura de Colombia en los años 90’s sobre promover la lectura en zonas apartadas del país, por medio del acercamiento de bibliotecas itinerantes a lomo de mula: bolsas llenas de libros que se transportaban por la selva, sabanas y caminos de herradura y que se estacionaban por semanas en parajes impensados. Según el “bibliotecario” en uno de tales parajes, todos los libros prestados fueron devueltos, salvo el caso de un volumen de La Iliada. El motivo para querer quedarse con él fue que “…la historia de Homero reflejaba la suya propia: hablaba de un país desangrado por la guerra en el que unos dioses enloquecidos se mezclan con hombres y mujeres que no sabían exactamente por qué se libraba esa contienda… ni por qué iban a matarlos.”

Uno no tiene idea de las muchas repercusiones históricas, en diferentes áreas de pensamiento, corrientes artísticas, formas de gobierno, formas de moral, que ha tenido Homero, hasta que se lee el libro del señor Mangel. Honestamente, la simplicidad de los hechos narrados en los dos libros de Homero no hacen pensar, per se, en las enormes consecuencias que estos tendrían en tiempos venideros. Hace falta un libro como el de Mangel, y he ahí donde reside la potencia de la metáfora, porque lo que Manguel nos ofrece, es un compendio para dummies de las más valiosas aristas del legado Homero. Para mí, la lectura de un libro como el de “El legado de Homero”, y lo digo como alguien que lo hizo al revés, debería hacerse previo al enfrentamiento con los dos poemas homéricos; ayudaría a darle ayor profundidad a los dos libros llamados a ser los primeros textos literarios de nuestra cultura.

Nota: encuentra esta y otras revisiones de libros en mi perfil de goodreads. Sígueme que te seguiré; y conversemos de libros.